sábado, 14 de abril de 2012

Una forma original de realizar actividad física

http://www.flickr.com/photos/33284937@N04/5071321815
Por: 

Margarita Colón Del Pino
Alejandro César Martínez  Baena
Francisca Sánchez Martínez   
Coordina: Raquel Peral Bueno

Como sabemos, la actividad físico-deportiva regular es considerada como un componente esencial para una buena salud, así como para la consecución de un óptimo crecimiento y desarrollo en niños y jóvenes. Diversos estudios constatan la mejora que dicha práctica produce a nivel físico, psíquico y social, así como en nuestra calidad de vida a lo largo de los años.

Algunos de los beneficios de la práctica sistemática de actividad física están relacionados con la competencia percibida, alta autoestima, satisfacción con la vida y aumento de la vitalidad, y menor presencia de depresión entre los adolescentes.

Por otra parte, también se demuestra que dicha actividad puede ser de vital importancia en la prevención de enfermedades crónicas, tales como la patología cardiovascular, el síndrome metabólico o el cáncer, así como en la reducción del índice de grasa corporal y dolor lumbar como consecuencia de un estilo de vida sedentario.

A pesar de la gran cantidad de evidencias que existen de los múltiples beneficios, nos encontramos con que en la población adulta no es fácil encontrar altos niveles de actividad física y se ha verificado una mayor tasa de abandono en la adolescencia.

Las últimas medidas objetivas realizadas sobre dicha población, manifiestan niveles de práctica bajos, al no cumplir estos grupos de edad con la pauta recomendada de 60 minutos o más de actividad físico-deportiva diaria con una intensidad de moderada a vigorosa. Esto, unido a una ingesta calórica inapropiada entre los jóvenes, propicia un aumento masivo en los índices de obesidad infanto-juvenil.

Partiendo de esta situación, el profesor Manuel Delgado Fernández, profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Granada, estuvo compartiendo algunas horas con nosotros en el IV Experto Universitario de Promoción de la Salud en contextos Educativos, Sanitarios y Sociales de la Escuela Andaluza de Salud Pública y la Universidad de Granada.

Sus explicaciones estuvieron orientadas a intentar concienciarnos sobre la importancia que como futuros profesionales en la promoción de la salud debemos tener en la sensibilización a la población sobre los beneficios de adoptar hábitos de vida saludables. Conocimos algunos de los programas de intervención creados y aplicados en búsqueda de una mejora en niveles de participación activa en grupos de población joven e incluso se plantearon posibles medidas de actuación dirigidas a la promoción de salud y centradas de manera especial en materia educativa. De esta forma y tras muchas horas de debate, llegamos a la conclusión de que la escuela debería ser señalada como un lugar ideal para promover la actividad físico-deportiva, aumentando la disponibilidad de recursos y oportunidades para la práctica de cualquier tipo de actividad físico-deportiva durante el tiempo libre.

Como ejemplo de esto último, pudimos vivenciar diversos tipos de actividades orientadas al tratamiento de la salud desde la práctica activa dentro de la propia Escuela Andaluza de Salud Pública.

Por otra parte, ya que el abandono de la actividad física con la edad parece una constante creemos que una buena forma de “enganchar” a la población a realizar actividad física es apelar al sentido lúdico de la misma. Es decir, buscar formas nuevas y divertidas de practicar ejercicio que resulten motivantes y gratificantes. Además, se convierte en una buena forma de fomentar relaciones sociales que en definitiva son muy importantes para la salud. A continuación detallamos la experiencia que llevamos a cabo que supuso un buen ejemplo de actividad física original y lúdica.

"Actividad Física y diversión en una carrera de orientación"

Las carreras de orientación consisten en recorrer un espacio determinado localizando unos puntos estratégicos mediante la utilización de un mapa.


Nuestra actividad consistió en una adaptación a la carrera de orientación con diferentes estaciones de paso en cada una de las cuales cada equipo debía realizar el ejercicio físico indicado en una hoja de instrucciones. Para dificultar el ejercicio los equipos debían moverse de un punto a otro unidos mediante “vehículos” construidos con cuerdas y aros. Además tras cada punto localizado y ejercicio realizado se debía anotar las pulsaciones y volver al punto de encuentro para obtener la firma de validación del equipo docente. Cuando se completara todo el circuito se debía empezar de nuevo proponiendo esta vez cada equipo un ejercicio diferente para cada punto del mapa.

Mediante este circuito se trabajó la capacidad aeróbica en los desplazamientos (se andaba y trotaba) así como diferentes grupos musculares superiores e inferiores mediante la realización de diferentes ejercicios (saltos, abdominales, hombros, dorsales, lumbares, etc.).

La experiencia fue muy divertida, todos/as estuvimos recorriendo el circuito con entusiasmo y pudimos ver las caras sonrientes de todos/as los participantes cuando nos cruzábamos por los diferentes puntos. La actividad tuvo una duración total de 1h:04min y un recorrido de 3,4km. En el siguiente link se pueden consultar los detalles del recorrido, tiempo, distancia y calorías consumidas por una de las participantes que registró con un pulsómetro con GPS la actividad:


Pensamos que es este tipo de actividades podrían ayudar a inducir, facilitar y fortalecer la práctica de actividad físico-deportiva con el objetivo de que los jóvenes adquieran un estilo de vida activo y lo conserven desde la adolescencia hasta la edad adulta.

Imágen título: 'Fast man!'  http://www.flickr.com/photos/33284937@N04/5071321815
Resto imágenes: Margarita Colón Del Pino

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