miércoles, 11 de junio de 2014

Salud pública basada en evidencias: los activos de salud

La Salud Publica Basada en la Evidencia constituye la base fundamental en el desarrollo de políticas de salud, evaluando la efectividad de intervenciones, planes, programas y proyectos mediante la sistematización de datos, sistemas de información y aplicando los principios del razonamiento científico, con la perspectiva de abordar las desigualdades en salud. Pero a pesar de que las políticas sanitarias de distintos países han pretendido caminar en la senda de la equidad, en su recorrido han perdido el camino de concienciación y compromiso inicial.
            Uno de los principales motivos que pueden ayudar a comprender esta pérdida de rumbo en opinión de los doctores Antony Morgan y Erio Ziglio, está el que los sistemas sanitarios públicos han focalizado su búsqueda de evidencias desde la visión del déficit, identificando problemas y necesidades, donde los recursos sanitarios, la provisión de servicios, las prestaciones sociales y la dependencia de la población a los mismos giran en una espiral de políticas cada vez más alejadas del potencial que las comunidades y los individuos poseen para crear, desarrollar y mantener su salud.
            Un cambio de modelo hacia una mirada basada en los activos puede lograr redirigir el paso en el camino mencionado, equilibrando la evidencia que procede de los problemas con aquella que ponga en valor las habilidades positivas de las personas y las comunidades, fomentando su capacidad de mantener y promover la salud.
            Este modelo de salud pública basado en activos proporciona un marco para poner en común de forma sistemática los conocimientos que ya se poseen de cómo crear salud en sintonía con las organizaciones sanitarias.  Lejos de pensar que se trata de una novedosa forma de trabajar, no es nada más y nada menos que poner en énfasis el trabajo con la comunidad y los individuos, buscando habilidades y competencias, que en el caso de los más jóvenes representan el bagaje necesario para su desarrollo y crecimiento, que les permitirá afrontar los problemas propios de su adolescencia.  Es trabajar en identificar los factores que nos mantienen con salud, que contrarrestan los riesgos que nos encontramos a lo largo de la vida, comprendiendo y gestionando el mundo en el que vivimos, incorporando herramientas que nos permitan hacer frente a las adversidades… en definitiva buscar, localizar y ser conscientes de nuestros activos de salud.
            Ante lo expuesto es posible que surja la idea de que estamos alejándonos del trabajo de proveer de recursos y servicios sanitarios hacia la población, y aunque políticamente puede representar inicialmente un foco de controversia, el trabajo con los dos modelos referenciados es fundamental, y el camino hacia los activos de salud y el desarrollo comunitario debe estar acompañado del trabajo en la necesidad y el problema. La construcción de una base de evidencia sólida en este terreno permitirá obtener réditos en la inversión que se realicen en las personas y las comunidades, consiguiendo reducir desigualdades sanitarias entre los más desfavorecidos y los que poseen mejor estado de salud.
            En este sentido poner en valor las fortalezas y capacidades de una comunidad y sus individuos, a través de herramientas como los mapas de activos, puede ayudar a la puesta en marcha de políticas de salud con un peso en equidad mayor que el actual. En muchas ocasiones se dispersan o no se rentabiliza adecuadamente los fondos destinados a intervenciones en salud, y en una época de crisis económica como la que estamos en la actualidad viviendo, el modelo de activos estudia como tener mayor efectividad y rentabilidad en las intervenciones y ayudar a los decisores en poner la atención hacia un determinado problema o necesidad, porque todo lo que tenga relación con la “salutogénesis”, el bienestar y las habilidades son transversales a los comportamientos de riesgo.
            Una base de evidencia para la salud pública bajo la perspectiva “salutogénica” necesita de localizar e identificar factores relevantes de promoción y protección de la salud en la creación de salud. Es básicamente cambiar nuestra pregunta: ¿De qué muere esta población? a ¿Porqué esta población está más sana?
            Y ya existen evidencias que responden a estas sencillas preguntas, y una posible respuesta sería la cohesión. Las comunidades en las que se han medido sus redes internas, y éstas son estables y positivas, permite potenciar la promoción de la salud entre sus miembros, independientemente de los niveles de desventaja de esa comunidad.
            Para fortalecer este modelo de evidencias basado en los activos es necesario articular un conjunto de indicadores que permitan evaluar la acción, basados en el proceso, el impacto y la experiencia. El trabajo desde una investigación de calidad que permita detectar y hacer visibles los activos más importantes para la salud, aportará un marco referente de evidencias y ayudará a conocer mejor los factores que influyen en la salud, permitiendo impulsar y realizar acciones más efectivas frente a las desigualdades sanitarias. 

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